Hace años que no respiro en esta isla. Hoy me encuentro en ella, profundamente en calma. Tranquilidad hasta la yema de mis dedos. No traje mis lentes, veo los puntos como comas y cada detallito esta borroso en mi. Disculpen mis errores. Partimos ayer a las 20.15 horas. El terminal estaba llenísimo de gente. Habían muchas cosas pasando y nosotras, con dos mochilas mochileras de veinte kilos cada una, carpa, colchonetas, sacos de dormir, más mochilas, carteras y comida. Eramos un desastre y nadie nos quitaba la sonrisa. Miré a la Emi con ojos grandes cuando escuche el motor del bus y mantuve la sonrisa hasta que caí muerta dormida. La Vero nos hizo unos pancitos muy ricos del mejor filete del mundo, según la Emi, con queso y en pan de hallulla, nos comimos uno antes de dormir y otro cuando estábamos ya en el ferri navegando a Castro. Llegamos a Ancud primero y de Ancud a Castro son unas 2 horas más o menos. Fue muy largo el viaje, 18 horas en total. Cuando nos bajamos del bus, la Vale nos encontró, estaba su mamá Pati esperándonos en un pequeñito auto azul. Fuimos a la casa de la Vale, que queda literalmente en la punta del cerro, dejamos nuestras cosas y nos fuimos directo a la feria. La feria era cerrada, con techo, escaleras y casi como un mall. Probé unas cosas exquisitas, una mezcla entre apio y nalca, con la raiz media rosada. Era un poco jugoso, ácido y adictivo. También probé el helado de murta. Caminamos un rato por la plaza, por la pileta de La Pincoya, nos reímos de sus historias, caminamos, la Vale nos mostró las casas de sus familiares y después volvimos al auto para ir a almorzar.
La Vale es la amiga hermana de la Emi, es muy loca, es muy entretenida y no para nunca de hacer cosas. En Santiago va para arriba y para abajo con su fiel bici y toma clases de todo lo posible. Es bailarina, coreógrafa, masoterapeuta, acupunturista, toma natación y lo último que supe es que también va a cross fit. Ahora lo primero que nos enteramos cuando llegamos a Castro fue que la Vale ayer había llegado cansadísima a la casa porque tomó clases de taekwondo y hoy después de almuerzo con su mamá partieron a la piscina a hacer ejercicio. Con la Emi nos quedamos durmiendo un rato porque el viaje nos dejo solo un poco agotadas.
En el almuerzo comimos salmón con curry que estaba delicioso, papas, un pedazo de carne y ensalada de eso que era entre mezcla de apio y nalca, ah y tomates cherry, los muy favoritos de la Emi. La Vale apagó la tele y puso una playlist de spotify que se llama "Calma bestias," es una playlist que creó con la Emi para que ambas de tranquilicen antes de hacer cualquier tipo de impulso del que después se podrían arrepentir, o solo para calmar su intensidad con más intensidad. Solo con canciones de casi puros Requiems, Beethoven, Mozart, la música de V de Vendetta, Tui Sum, etc... Se sabían coreografías de casi todas las canción. Suspiraban como las viejas del teatro que se juntan en cafés escondidos súper caros a hablar de la segunda parte de la ópera de no sé qué. Es tan entretenido escucharlas. Yo también amo mucho, mucho esa música, pero me sentí como en una película de Almodovar con la Vale suspirando casi que a gritos, comiendo salmón y la Emi hablando de algún tema, como por ejemplo del salmón, pero cada cierto tiempo una pausa y sus ojitos de placer escuchando su parte favorita de cada canción.
Después llegó su perrito, Jakim, no sé como se escribe. Es un perrito salchicha demasiado amoroso. Le sacó una patita a un grillo en la mañana y no para nunca de hacer "tik, tik, tik" con sus patitas.
Ahora la Emi está durmiendo porque le duele un poco la guatita y yo me quedé con ella, estamos cansadas. La Pati y la Vale se fueron a la piscina. Mañana vamos a la playa de Cucao. Estamos muy bien y emocionadísimas.